El drama de la guerra en Europa y su impacto en el arte

La Segunda Guerra Mundial finaliza una época en todos los sentidos, incluyendo el artístico. La cruda realidad de Occidente tiene como contrapartida la creciente omnipotencia de América. Los Estados Unidos se consolidan como lugar referente para todo el mundo. Recordemos que, en cuanto al arte se refiere, una parte importante de las obras que se habían creado en Europa cien años atrás se encontraban ahora en este país.

Rescate del cubismo

Durante los seis años que duró la guerra, no podemos decir que el arte se utilizase, precisamente, para condenar las tragedias de la época, aunque algunos artistas se habían visto implicados en las mismas. En los años 40, llegaba, no obstante, una nueva generación de artistas como Bertholle, Borès o Esteve que volvían a apreciar el cubismo y los colores de Matisse.

En este período, también se empieza a mirar hacia lo abstracto, sin olvidar de todos modos la realidad, por muy cruda que esta sea. Recordemos que durante la guerra numerosos artistas judíos y surrealistas, agrupados en torno a la figura de André Breton, se habían visto forzados a emigrar a los Estados Unidos.

Los años 30, antes de la guerra

Después de una etapa caracterizada por el surrealismo y el dadaísmo, los años 30 llegaron para cambiarlo todo, y no solo en la economía. Tras la crisis de 1929 y el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, estamos nuevamente en un contexto de inquietud.

Adolf Hitler, desde Alemania, es una figura que empieza a entrar en escena y, con él, los primeros acontecimientos antisemíticos. En España, por otro lado, se está viviendo una guerra civil. A pesar de todo, parece como si los artistas no tuvieran necesidad «de aventura» en sus obras. Los atrevimientos estilísticos de principios de siglo, pasan inevitablemente de moda. El arte será sencillo, de fácil lectura.

Más control, menos inventiva

En definitiva, con el ascenso del nazismo al poder en Alemania, se empezará a controlar cada vez más la expresión artística. Por ejemplo, se cierran las puertas de la Bauhaus, cuyo espacio será destinado a otras funciones. En Alemania, entonces se empezará a utilizar el arte para glorificar la «raza germánica» y serán muchos los artistas expresionistas que tendrán que exiliarse.

La Exposición Universal de Nueva York, en 1939, es un acontecimiento que plasma el fin de la primera posguerra. Los acontecimientos a mundial tendrán un fuerte impacto en el arte que está por venir.